Una llamada de un testigo alertó esta mañana a la Guardia Civil de Garrucha de la llegada de una patera con un gran número de ocupantes en la playa de Mojácar. Los agentes se desplazaron de inmediato al lugar, donde localizaron a cuarenta y un inmigrantes caminando por la línea de costa en la zona de Macenas. El desembarco se había producido poco antes en la cala Bordenares, próxima al Chiringuito Manacá.
La embarcación en la que realizaron la travesía, lo que se conoce como una «patera-taxi», había abandonado la zona en cuestión de segundos. Esta rápida huida impidió que los efectivos, que tuvieron que desplazarse desde Garrucha, pudieran interceptarla.
La totalidad del grupo, compuesto por ciudadanos de origen argelino –entre los que se encuentra un menor de edad– y dos ciudadanos saharauis, fue trasladada al puesto principal de la Guardia Civil en Garrucha. A diferencia de lo que ocurre en la capital, donde la primera asistencia humanitaria recae en organizaciones como Cruz Roja, en esta comarca son los propios agentes de la Guardia Civil los que asumen esa labor inicial. Prestan así las primeras atenciones que estas personas precisan, proporcionándoles asistencia médica, comida y bebida.
Además, este tipo de llegadas colapsa las instalaciones del cuartel garruchero que se ve obligado a habilitar la zona de garaje, dotada de aseos, ante la falta de espacio para acoger a un número tan elevado de personas. Una vez completados los trámites administrativos, todos los inmigrantes han sido trasladados a primera hora de la tarde a las dependencias de la Policía Nacional en Almería.
Esta nueva llegada de inmigrantes, ocurrida hoy lunes 20 de octubre, evidencia la persistencia de esta modalidad de desembarcos rápidos en las costas almerienses, incluso con la llegada del otoño y unas condiciones marítimas menos propicias para este tráfico ilegal de personas.(VEA NUESTRA PORTADA DE HOY)





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