Lo que un día fue una herramienta de trabajo en el mar y luego una amenaza de residuo, hoy es un lugar para descansar y contemplar el Mediterráneo. El Paseo Marítimo de Carboneras cuenta con un nuevo punto de descanso cargado de simbolismo y sostenibilidad: un banco urbano fabricado íntegramente con redes de pesca recicladas, que representa la materialización de un proyecto de economía circular impulsado por el sector pesquero local. Esta iniciativa, coordinada por la organización de productores Carbopesca O.P.P. 66, transforma un residuo problemático en un mobiliario público, cerrando el ciclo de manera tangible y ejemplar.
La ubicación, junto a la emblemática estatua del Pescador del escultor Roberto Manzano Hernández, no es casual. Establece un diálogo visual entre el homenaje al oficio tradicional y su evolución hacia un futuro responsable. El banco es el resultado final de un proceso que comenzó a principios de este 2025 con la instalación de contenedores específicos en el puerto para la recogida de redes en desuso.
Hasta la fecha, este sistema ha permitido retirar y gestionar 3.820 kilogramos de redes, evitando su acumulación en instalaciones portuarias o su potencial abandono en el medio marino. Un gestor autorizado se ha encargado de su clasificación, tratamiento y posterior transformación en el granulado de plástico reciclado con el que se ha moldeado el mobiliario.
«Este banco es mucho más que un lugar para sentarse; es la prueba física de que la colaboración entre el sector pesquero, las administraciones y la ciudadanía puede generar soluciones innovadoras», explica un Belén Caparrós, promotora de Carbopesca. «Convertimos un desafío ambiental en un beneficio social para nuestro municipio».
La actuación se enmarca en un conjunto de iniciativas de la organización de productores pesqueros de Carboneras, cofinanciadas por la Unión Europea, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Junta de Andalucía. El Ayuntamiento de Carboneras ha colaborado cediendo el espacio para la instalación del banco en un lugar privilegiado frente al mar.
Para garantizar la transparencia y el valor educativo del proyecto, el banco incorpora una placa con un código QR que enlaza a la web de Carbopesca. Allí, vecinos, visitantes y profesionales pueden conocer todos los detalles del proceso de reciclaje, desde la recogida hasta la fabricación.
Esta iniciativa demuestra que la llamada economía azul —aquel modelo que busca el aprovechamiento sostenible de los recursos marinos— puede tener resultados visibles y cotidianos. El nuevo banco no solo ofrece un descanso a paseantes y pescadores, sino que se erige como un recordatorio permanente de que los residuos, bien gestionados, pueden tejer un legado de innovación y cuidado del entorno para las generaciones futuras. (VEA NUESTRA PORTADA DE HOY)
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