🎙️ Informativo 22/12-/2025
En la entrega anterior y sin salirme del tema de los atascos he traído a colación lo que escribió Casimir Delamarre, allá por 1850, sobre la clase dirigente de la comarca, y no he ahorrado unos comentarios expresando mi opinión personal sobre la de la segunda mitad del siglo XX coetáneos míos. No necesitaba reprocharles su incultura y quizás me hubiese bastado por reprocharles su desprecio a las leyes. Hoy para completar un poco más el relato voy a dirigirme a mis paisanos más jóvenes para refrescarles la memoria.
La memoria vale para aprender del pasado, pero en general es selectiva y tendemos a olvidar lo reprobable o lo que nos incomoda de forma consciente o involuntaria. Lo peor de esta amnesia es que suele venir acompañada y seguida de la construcción de una memoria ritualizada, sobre una falsa identidad colectiva, y en el espacio en blanco, de la historia borrada y manipulada, se intentan escribir las mismas mentiras y justificaciones sectarias que en su tiempo escribieron, los que, con los años, han intentado devenir en personas honorables de bolsillos repletos con ganancias fáciles.
Cuando llego a este punto del relato, me sorprendo a mí mismo situado ante una realidad vivida, que nunca había visto tan clara como ahora, cuando mezclo y analizo recuerdos y documentos. Me parece mentira que, durante más de cincuenta años, todo el proceso urbanístico de Mojácar y de buena parte de la comarca se haya desarrollado al margen de la ley y que luego, como tendremos tiempo de ver, si llegamos a ocuparnos del urbanismo, se hayan utilizado las leyes de forma tan sectaria como se ha hecho.
Se de buena tinta que a los políticos de mi pueblo no les gusta la historia y que sus dudas e inquietudes no pasan más allá de preguntarse si Walt Disney había nacido en Mojácar, pero a mí que soy veraneante me interesan los eternos atascos de nunca acabar y su historia que trato de contar. Mensajes como este, añadidos a mentiras interesadas repetidas y cansinas de los políticos, me traen a la memoria la pregunta de Cicerón ¿QUOSQUE TANDEM ABUTERE PATIENTIA NOSTRA?




Un día, el célebre arquitecto Sáenz de Oíza, que visitó Mojácar en los setenta, me dijo que el urbanismo es la mejor grafología de la cultura de un pueblo. Recordándolo os digo que en la historia del urbanismo mojaquero están las raíces de los problemas presentes y las explicaciones a las soluciones que nos proponen.
Mojácar siguió creciendo de espaldas a las leyes urbanísticas y nadie puso ninguna objeción. La tarea del que escribe sobre el pasado es en parte, elaborar un antídoto parcial para el olvido del pasado público, cuando los intereses generales, como ocurre ahora, fueron suplantados por intereses particulares. Muchos problemas actuales, como el de los atascos, se empezaron a gestar mucho tiempo atrás cuando se funcionaba, un día sí y otro también, al margen de las leyes.
Hace poco el alcalde de Mojácar hablaba con relación a la deuda que habían condenado a pagar al ayuntamiento remontándose a las normas de 1978. Para hablar de atascos yo voy a remontarme bastante antes. Esto era lo que decía la Ley del Suelo de 1956 que parecía redactada pensando en Mojácar. La ley no se cumplió aquí, ni siquiera en sus mínimas prescripciones, como la que ordenaba que “las construcciones en zonas adyacentes a carreteras se emplazarán a ocho metros como mínimo del borde exterior de la sección tipo”.
Cuando Vicente Mortes en 1969 llegó al Ministerio de la Vivienda se encontró que los mayores problemas urbanísticos eran los generados por el mercado del suelo y se culpó a la legislación por imponer planes de urbanismo rígidos, estáticos e inoperantes.
Por Orden de 3 de noviembre de 1971 el Ministerio de la Vivienda aprobó, con algunas modificaciones, las Normas de Ordenación Complementarias y Subsidiarias del Planeamiento para los municipios de Almería, que en municipios como Mojácar que no tenían Plan de Ordenación, debían “aplicarse íntegramente”.
Desde instancias superiores nadie intentó coordinar o asesorar al caótico ayuntamiento, ni le obligó a cumplir las mínimas disposiciones legales. Me gustaría que el lector recapacite sobre los problemas que hoy nos ahorraríamos, con haber cumplido al menos tres de las condiciones que el Ministerio impuso al aprobar las normas provinciales en 1971:
-Que las edificaciones se retiren del eje de las carreteras comarcales una distancia mínima de 14,75 metros.
-Que en todas las urbanizaciones que lindan con la zona marítimo-terrestre, la zona de servidumbre de salvamento de 20 metros desde el límite interior de la zona marítimo terrestre… deberá destinarse a espacio libre de uso público.
-El ancho mínimo de la calzada será de 9 metros y las aceras en vías de circulación rodada tendrán un ancho mínimo de 1.60 metros.
Cuando finalizó el período en 1975, había solamente tres edificaciones bajo la carretera entre el río Aguas y El Chalet del Duende, luego sólo una antigua, en El Cantal, y seis en el resto de la Playa incluyendo las dos del restaurante Virgen del Mar. Lindando con la carretera de la costa se habían levantado algunas edificaciones a las que nadie limitó la altura, como el Hotel Indalo, llamado entonces Hotel de la Luz con siete plantas, y los apartamentos de Laing en La Cueva del Lobo, vendidos casi íntegramente a empleados de la empresa .
Escribir sobre el urbanismo mojaquero lindante con la carretera de la costa es como hacer la crónica de un largo concierto, donde los músicos interpretan a su libre albedrío, “de oído”, sin partitura y sin director.
Parece que fue ayer, cuando el 27 de marzo de 1974 el BOP de Almería publicó que la Comisión provincial de Urbanismo había aprobado (por primera vez) el día 2 del mismo mes el Plan Parcial de Las Macenas promovido por Cortijo Grande S.A. con los siguientes condicionantes:
- La red de abastecimiento de aguas debe disponer de una instalación automática de depuración por lo menos bacteriológica…
- La variante del camino vecinal de Carboneras a Garrucha, deberá ser objeto de un proyecto independiente…
- El desarrollo del puerto deportivo será objeto de un proyecto aparte…
Es curioso el caso de Macenas porque las previsiones de 1974 se abandonaron y fue a finales de los noventa cuando se reinició la promoción y la Junta de Andalucía había redactado el Plan de Carreteras de Andalucía (1987-2007) y fue cuando se aprobó el plan de Macenas. Ya estaba redactado el Plan Más Cerca.
Nadie se acordó en 2003 de lo que se había decidido treinta años antes en orden a la carretera hacia Carboneras. Hoy, quien realice el viaje Garrucha Carboneras, al llegar a Macenas perderá de vista la carretera y después de pasar la urbanización volverá a encontrarse la carretera como si de los ojos del Guadiana se tratase.
No podemos cerrar esta entrega sin hablar de un ataque paradigmático a la carretera. En octubre de 2013 el presidente de la Diputación Gabriel Amat recibió al alcalde de Garrucha Juan Francisco Fernández en su despacho para firmar un convenio sobre la carretera de la Costa. No conozco en persona a Gabriel Amat, nunca lo he visto y como me ocurre con otras personas que no conozco cuando pienso en él mi cerebro lo suele asociar a alguna otra persona o imagen simbólica. La visita de los alcaldes en su despacho me hace mentalmente revivir las escenas de besamanos de alguna película de Coppola. Es una maligna casualidad que no sé explicar. En este caso se trataba de pasar la titularidad de 570 metros de la carretera Al-5107, de la Diputación al ayuntamiento garruchero. No puedo estar más en desacuerdo ante lo que me parece una irresponsabilidad del presidente de la Diputación que actúa como el dueño del cortijo sin medir las consecuencias. Hoy ese tramo de carretera se ha convertido en una calle de tres tramos rectos y cuatro giros en ángulo recto acercando todos los ruidos a las viviendas que en principio estaban alejadas de la carretera. De cara a atascos qué distinto sería el panorama de haberse cumplido las leyes. (octubre 2025)













