En la mañana de ayer lunes, 23 de junio, el tesorero del Ayuntamiento de Garrucha ha vuelto a su puesto de trabajo tras mes y medio de baja médica. Su ausencia coincidió con el momento en que trascendió la noticia de que el concejal de Urbanismo, Álvaro Ramos, le había denunciado -a él y a otros tres altos funcionarios- ante la Fiscalía por pagar complementos, subir bases salariales, adelantar mensualidades que luego no se reclamaban y, en definitiva, apaño de nóminas sin autorización del Gobierno municipal. Todo ello presuntamente. El escrito al fiscal fue presentado el pasado 8 de mayo, el 10 se publicó la noticia y de inmediato causó baja el tesorero y la encargada de Personal.
La ausencia del tesorero causó rápidamente efecto en el funcionamiento del Consistorio, pues dificultaba el pago a proveedores y hasta la nómina de los propios trabajadores públicos. El alcalde, que reconoció estas presuntas anomalías, ha tardado un mes y nueve días en encontrar un sustituto para dirigir la Tesorería municipal; un sustituto accidental que debía tomar el control este lunes, 23 de junio. Corría prisa el recambio por dos razones, ambas esenciales. La primera normalizar, en lo que se pueda, los pagos, y la segunda para tramitar una ayuda ante el Ministerio de Hacienda para acceder a fondos con los que pagar el millón y medio de euros que se acumulan en facturas y que los proveedores ansían cobrar. La participación del tesorero es insustituible en uno y otro caso, porque su firma debe figurar.
Anunciado el pasado viernes que habrá una persona que accidentalmente se haga cargo de la Tesorería del Ayuntamiento, el lunes -siguiente día hábil laboral- el titular de la plaza se presentó en el Consistorio recuperado de su baja.
Huelga decir que cualquier interpretación que se alejara de los estrictos hechos, sería pura especulación. No lo es conjeturar sobre el malestar que entre tesorero y otros funcionarios se ha generado con el Gobierno de Garrucha, a partir de que uno de sus miembros, Álvaro Ramos, denunciara ante la Fiscalía unos hechos presuntamente delictivos -los antes descritos-, ratificados días después, en declaraciones públicas, por el alcalde.
ZAMORA, MORALES Y RAMOS TRAMITARÁN LOS CONTRATOS
Los problemas para el Gobierno de Pedro Zamora no se acaban con la incorporación del tesorero, pues la responsable de Contratación cogió la baja el mismo día que su compañero pero, al contrario de éste, sigue enferma. Esto ha llevado al alcalde a decidir responsabilizarse directamente, junto a la primera teniente, Isabel María Morales, y el propio Álvaro Ramos, de la tramitación de los contratos municipales para no agravar más las dificultades del Ayuntamiento. Como saben, el orden consistorial se sustenta en varios pilares, dos de ellos son las contrataciones de servicios y los pagos.




Y DOS QUE SE VAN
Al efecto de estas medidas extraordinarias escapa el convencer a dos compañeros de Gobierno, Carmen Llamas y José Osorio -ambos del PP con responsabilidades sobre áreas municipales a tiempo completo- de que no dimitan. Los dos tienen decidido marchar a casa tras llegar a la conclusión que dos años de gestión en el Ayuntamiento de Garrcuha, son más que suficientes. El acuerdo es irse «pronto» y ‘sin hacer ruido’.
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