Huércal y Pulpí trabajarán juntos para renovar sus redes de saneamiento con tecnología silenciosa

Los municipios de Huércal-Overa y Pulpí han alcanzado un acuerdo con la empresa pública GALASA para modernizar de forma conjunta y con mínimas molestias sus redes de saneamiento, utilizando una innovadora tecnología sin zanja ya probada con éxito.

El alcalde huercalense Domingo Fernández y el pulpileño Juan Pedro García acordaron esta colaboración tras una reunión con los responsables de la empresa suministradora del agua, buscando optimizar recursos y eficiencia en una tarea esencial para ambos pueblos. La decisión surge tras una minuciosa inspección previa mediante robots con cámara que recorrieron las tuberías de ambas localidades, identificando los tramos más necesitados de reparación o refuerzo.

Esta actuación conjunta permitirá lanzar una licitación unificada, un movimiento destinado a reducir costes al atraer a empresas especializadas, que normalmente no son locales, con un proyecto de mayor envergadura. Pulpí aporta la experiencia: el pasado noviembre aplicó esta misma técnica sin zanja en su casco urbano con «buenos resultados».

El alcalde pulpileño, Juan Pedro García, destaca sus ventajas afirmando «es una técnica que logra la mejora de nuestras redes de saneamiento en menor tiempo, solventando los problemas en dichas redes a nuestros vecinos, que es el objetivo principal». La rapidez de ejecución fue clave, ya que los vecinos y comercios apenas notaron las obras.

Por su parte, Domingo Fernández, alcalde de Huércal-Overa, subraya la importancia de esta colaboración, ya que «este paso con Pulpí y GALASA es fundamental para modernizar nuestras infraestructuras. La tecnología sin zanja nos permitirá ofrecer una red más eficiente y duradera, minimizando molestias durante las obras. Nuestro compromiso es garantizar servicios de calidad con beneficio a largo plazo».

El método elegido, conocido como encamisado con manga CIPP (cura en sitio de tubería), actúa como un refuerzo interno. Consiste en insertar una manga de material compuesto (generalmente poliéster impregnado en resina o similar) dentro de la tubería existente, que luego se cura formando un tubo nuevo dentro del antiguo.

Las ventajas de esta tecnología «silenciosa» son múltiples y tangibles para la ciudadanía ya que elimina la necesidad de abrir grandes zanjas, evitando así cortes de tráfico, molestias a peatones, contaminación acústica y posibles interrupciones de suministros básicos. Las obras se completan en días, no semanas o meses como con métodos tradicionales. Técnicamente, restaura la capacidad estructural de la tubería, mejora su capacidad hidráulica (incrementando el caudal hasta un 38% gracias a su revestimiento interior liso), garantiza la estanqueidad eliminando filtraciones, y ofrece un resultado equivalente a un tubo nuevo con una vida útil superior a los 50 años, según han explicado ambos alcaldes.

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