El misterio sobre quién ha quemado en Huércal Overa 22 contenedores de basura en un periodo de 14 meses -entre enero de 2024 y marzo de 2025- podría estar cerca de desentrañarse.
Una fuente municipal bien informada ha dado a conocer que se sigue la pista de una persona, sin aclarar si es mujer u hombre. Otras fuentes consultadas por Actualidad Almanzora nos añaden que se trata de una mujer bajo tratamiento médico.
Desde marzo en que se produjeron los últimos incidentes no ha vuelto a registrarse otro, coincidiendo en el tiempo con el ingreso de esta persona en un centro sanitario. Este dato sería esencial para la policía, que ha estado en jaque 14 meses sin una pista que le llevase a esclarecer las extrañas quemas de los contenedores, llegando a pedir el Gobierno municipal, a través del concejal de Seguridad, José Viseras, colaboración ciudadana. Fue Viseras quien nos puso al corriente del problema el pasado mes de mayo.
El concejal declaró que los contenedores incendiados ascendían a 22, la mayoría situados en las barriadas de San Isidro y El Hornillo. Concretamente en la calle Jerez de la Frontera se quemaron 8, 3 en la calle Fresno, 2 en la calle Ancha y otros 2 en la calle Abeto. También nos dijo que la mitad de los sucesos habían ocurrido en los tres primeros meses de este año, es decir, 11 contenedores quemados entre enero y marzo de 2025. La policía tenía claro que eran intencionados, pero desconocía tanto el motivo como si eran uno o varios los autores.
Ahora, tras meses de búsqueda, parece que hay una pista para identificar al autor. Podría ser una persona con problemas mentales que actualmente está ingresada, dándose la coincidencia de que no se ha vuelto a producir un nuevo incendio desde ese momento.
El Consorcio de Basuras había comunicado al Ayuntamiento de Huércal Overa que no repondría más contenedores hasta que se colocaran cámaras de vigilancia; no en vano los costes de sustituir estos grandes cubos no se reducen a retirar el quemado y colocar uno nuevo -que vale unos 1.000 euros-, sino que hay añadir otros generados por la intervención de la policía y los bomberos, la reposición de lo dañado en la calle y el no cuantificable de la tensión vecinal que provocan.