“Se podría decir que el 50 % de las viviendas e inmuebles no paga IBI porque Cuevas era un verdadero desastre”, declaró hace unos días en Radio Actualidad el alcalde, Antonio Fernández. Se deduce entonces que si la recaudación actual por este concepto es de 4,7 millones, una situación normalizada llevaría a ingresar en torno a los 9 millones. O sea, Cuevas deja de ingresar al año más de 4 millones en IBI.
La ordenación del cobro del IBI en Cuevas del Almanzora presenta uno de los grandes problemas que enfrenta el equipo de Gobierno: “Cuando yo llegue a la Alcaldía en 2015 -cuenta el primer edil- ni siquiera había Oficina del Catastro, pero esto se está solucionando poco a poco; ahora contamos con cuatro funcionarios y tenemos que conseguir que todas las viviendas paguen su IBI de acuerdo a su coeficiente y los metros construidos, y esta es una tarea en la que queda mucho campo por delante”.
Pero la magnitud del problema no queda debidamente reflejada en el anterior párrafo, pues la realidad supera bastante el peor de los pronósticos: “En este momento recaudamos 4,7 millones, es decir, hemos podido ampliar la recaudación un 25 %, que en cifras se traduce en 1,2 millones más de lo que recaudábamos, pero, aun así, Cuevas era un verdadero desastre; se podría decir que el 50 % de las viviendas no paga porque Cuevas era un verdadero desastre”, insiste el regidor cuevano.
“El problema es que hay muchas viviendas fuera de ordenación por estar construidas en suelo no urbano, que no hemos podido incluir en el Plan General; otras viviendas también que pertenecían a bancos y han pasado a ser propiedad de fondos de inversión, y todavía tiene que transcurrir un tiempo para que se vayan regularizando”.
Pese a la lentitud del proceso, Antonio Fernández se siente moderadamente satisfecho de que durante sus Mandatos -desde 2015- se hayan podido catastrar inmuebles a los que se les giran recibos por valor de 1,2 millones. Ahora bien, Una cosa es poner al cobro y otra es cobrar. “Esa tarea la lleva Diputación y hay que reconocer que no es muy eficiente”. Se calcula que de los recibos emitidos cada año sólo se cobran entre el 60 y el 70%.
El desorden recaudatorio del IBI en Cuevas tiene un factor principal que arranca en los años dorados del ladrillo; un periodo en que se construyó mucho en el pueblo y Palomares, pero que diversas sentencias dejaron las viviendas fuera de ordenación. Hablamos de miles que a día hoy aún no ha sido catastradas, si bien los servicios municipales -limpieza, alumbrado público, seguridad, etc- sí se prestan.
Las consecuencias de aquel profundo desarreglo ocurrido durante la primera década de los años 2000, no sólo han cristalizado en multitud de viviendas terminadas -o estructuras fantasmas inconclusas-, que no han llegado a regularizarse, sino también en sentencias que obligaron al Ayuntamiento a devolver a los promotores las cantidades entregadas por los convenios urbanísticos. Y entre todo, un demoledor fallo judicial: el de la promotora Monsora. De esa sentencia ha derivado la deuda de 18 millones que el Consistorio ha pagado por lucro cesante e intereses. La reciente aceptación del Gobierno de España a avalar un crédito por esta cantidad al Ayuntamiento, permite, al menos, ordenar esa deuda y facilitar una salida -un poco de oxígeno- a la asfixiante situación económica municipal.
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